A la altura
del suspiro que me provocas,
te anudo a las orillas
de mis ensueños,
tus dedos me bosquejan
y descifran
las rutas oscuras
que tus ojos iluminan,
y en esa exclusiva
penumbra, tus sabores
me catean, nuestros
cuerpos se olfatean,
tu melosidad me nombra
siento tu respiración,
reclamando
amor y erotismo,
y entre el barullo
del viento
se enciende...,
¡ La fogata !
Siby