Hay prudencias
indomables,
que no nos alcanzan
a la seducción,
ni siquiera el embrujo
que reclama,
el interés de tu beso
quitándome
la respiración,
sujetas mi mano
aprietas mis dedos,
tan dulcemente,
que mis deseos
gritaban,
sin poder confesarte
que era lo que mas
me atraía de ti,
tu figura de varón
se activaba,
mi ropa se soltaba,
me acerque
a tu oído y suavemente,
te confese, me tienes
hechizada...,
tus labios rozan
mis oídos,
atrapas mi cintura
libas mi beso,
y me dices...,
! Te esperaba !
Siby